En el tejido cotidiano de las empresas modernas, la necesidad de realizar presentaciones es una constante para personas de todos los niveles y áreas organizativas. Ya sea para persuadir, convencer, o simplemente transmitir información, las presentaciones son una herramienta fundamental en el entorno laboral. Sin embargo, es lamentable observar cómo muchas de estas presentaciones carecen de impacto y efectividad, a menudo debido al uso inapropiado de herramientas como PowerPoint y Canva.
Resulta asombroso y preocupante la falta de preparación que tienen los ejecutivos para llevar a cabo presentaciones efectivas ante audiencias de cualquier tamaño. Desde los primeros años de formación académica hasta su vida laboral, rara vez se les brinda el entrenamiento necesario en el arte de la presentación y persuasión. Las universidades y colegios no suelen incluir esta habilidad como parte del currículo oficial, y cuando lo hacen, es dirigido por personas que, a su vez, carecen de experiencia y conocimientos en el tema.
Es en este contexto que recae una gran responsabilidad en los directores de talento humano y desarrollo. Ellos tienen el deber de procurar la capacitación y entrenamiento en presentaciones efectivas a todos los niveles de la organización. Conscientes de esta debilidad generalizada, es fundamental que tomen la iniciativa de proporcionar los recursos y la formación necesaria para que los empleados puedan desarrollar esta competencia vital.
Entrenar a los empleados para que se conviertan en speakers dentro de la organización no solo mejora la calidad de las presentaciones, sino que también optimiza el tiempo dedicado a ellas y garantiza que los mensajes se transmitan de manera clara, asertiva y efectiva. Esto no solo beneficia a los presentadores individuales, sino que también fortalece la cultura organizacional y contribuye al éxito global de la empresa.
El director de talento humano debe liderar este proceso, identificando las necesidades de capacitación, diseñando programas de formación adecuados y proporcionando el apoyo necesario para que los empleados puedan desarrollar sus habilidades de presentación de manera efectiva. Esto puede incluir desde talleres prácticos hasta la utilización de recursos tecnológicos y la contratación de expertos en comunicación y presentación.
En resumen, transformar a los empleados en speakers efectivos es una responsabilidad clave del director de talento humano en las organizaciones modernas. Al proporcionar el entrenamiento y el apoyo adecuados, no solo se mejora la calidad de las presentaciones, sino que también se fortalece la capacidad de comunicación y persuasión de toda la empresa. Es hora de que el talento humano se convierta en el motor que impulsa el éxito de las presentaciones empresariales del mañana.